Ingrese en la Residencia de Puertollano. Aprendemos muchas cosas: pintar, dar colores a los dibujos, nos llevan de paseo hasta el campo de futbol y nos lo pasamos muy bien.
Cuando regresamos los compañeros nos ayudan porque yo tengo silla de ruedas porque no puedo andar.
Estoy aqui muy contenta pero disgustada porque cada vez veo menos, y no puedo llevar gafas porque soy diabética.
Y eso no tiene cura, pero Dios me dará paciencia.
Mariana Huertas
No hay comentarios:
Publicar un comentario